UN CONEY ISLAND DE LA MENTE (1958)
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El título de este libro está tomado de ENTRANDO A LA VIDA NOCTURNA (1), de Henry Miller. Se usa fuera de contexto, pero expresa lo que sentía de estos poemas cuando los escribí –como si fuesen tomados en su conjunto, una especie de Coney Island de la mente, una especie de circo del alma.
1. ENTRANDO EN LA VIDA NOCTURNA es el capítulo séptimo de la novela de Henry Miller PRIMAVERA NEGRA, que fue traducida por nosotros para la edición en castellano de la Editorial Alfaguara. (Nota de los traductores.)
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1
En las mejores escenas de Goya parece que vemos
a las gentes
en el momento exacto en que
consiguieron por primera vez el título de
“sufriente humanidad”
Se retuercen en la página
con un verdadero furor
de adversidad
Amontonados
gimiendo con niños y bayonetas
bajo cielos de cemento
en un paisaje abstracto de árboles volados
estatuas torcidas alas y picos de murciélagos
horcas resbaladizas
cadáveres y carnívoras pollas
y todos los vociferantes monstruos finales
de la
“imaginación del desastre”
son tan malditamente reales
que es como si todavía existieran de verdad
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Y existen
Sólo el paisaje ha cambiado
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Todavía están alienados por las carreteras
por los legionarios (1)
falsos molinos de vientos y gallos dementes
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Es la misma gente
sólo que más lejos de casa
en autopistas de cincuenta carriles
en un continente de hormigón
con blandos y grandes anuncios espaciados
que ilustran imbéciles ilusiones de felicidad
.
La escena muestra menos carretas
pero más ciudadanos mutilados
en coches pintados
y tienen extrañas matriculas
y motores
que devoran América
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1. Los legionarios son un grupo cívico de excombatientes de extrema derecha (N.T.).
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2
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Navegando por los estrechos de Demos
vimos pájaros simbólicos
chillando sobre nosotros
mientras ávidas águilas revoloteaban
y elefantes en bañeras
pasaban flotando adentrándose en el mar
rasgueando mandolinas torcidas
y achicando con sus orejas a toda máquina
mientras patrióticas doncellas
con amapolas de papel puestas
y comiendo bombones
corrían por las orillas
lamentándose tras nosotros
y mientras que nos atábamos a los mástiles
y nos tapábamos los oídos con goma de mascar
agonizantes burros en altas colinas
cantaban canciones en voz baja
y alegres vacas volaron
salmodiando antífonas antenienses
mientras sus vainas se convirtieron en tulipanes
y helicópteros de Helios
volaban sobre nosotros
dejando caer billetes de tren gratuitos
desde Los Ángeles Perdidos al Cielo
y prometiendo Elecciones Libres
Así
levantamos mástil y vela
en aquel funesto barco otra vez
y así salimos otra vez
avanzando sobre el engullente mar
cargado de liberadas vírgenes vestales
y lanzadores de disco leyendo Walden
pero
al poco llegar
a las extrañas orillas suburbanas
de esa gran semi-democracia
americana
nos miramos los unos a los otros
con un ligero asombro
silenciosos sobre una cumbre
de Darien
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3
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El ojo del poeta mirando obscenamente
ve la superficie del redondo mundo
con sus techos borrachos
y oiseaux de madera en tendederos de ropa
y sus machos y hembras de barro
con calientes piernas y pechos como pimpollos de rosa
en camas plegables
y sus árboles llenos de misterios
y sus parques domingueros y estatuas mudas
y su América
con sus pueblos abandonados y vacías Islas Ellis
y su paisaje surrealista de
estúpidas praderas
suburbiales supermercados
cementerios con calefacción de vapor
fiestas religiosas en cinerama
y protestonas catedrales
un mundo a prueba de besos con plástico asientos de retrete tampax y taxis
drogados vaqueros de drugstore y vírgenes de las vegas
marginados indios y cinéfilas matronas
senadores no romanos y no objetores de conciencia
y todos los otros fatales y apuntalados fragmentos
del sueño del inmigrante que se convirtió en demasiado real
y perdido
entre los que toman sol
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7
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Qué podía decir ella fantástico osobromista
y qué podía decir al hermano
y que podía decir
al tipo con pies futuros
y qué podía decir a la madre
después de aquel momento en que se acostó lascivamente
entre las flores chupete
en aquella calurosa ribera
donde los helechos se desparramaban en el aire roto
del aliento de su amante
y los pájaros se volvieron locos
y se tiraron de los árboles
para catar caliente todavía sobre el suelo
la derramada semilla del esperma
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9
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Ves
lo que pasó es que cuando
entramos fardando en ese sitio
un par de tipos Papescos
están bailando un pasodoble azteca
Y voy y digo
Hombre nos largamos
pero entonces esa tía
se me acerca por detrás ves
y dice
Tú y yo podemos realmente existir
Hostias digo yo
Sólo que al día siguiente
ella tiene los dientes podridos
y realmente odia la poesía
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10
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No me he acostado con la belleza toda la vida
repitiéndome
sus abundantes encantos
No me he acostado con la belleza toda la vida
ni tampoco he mentido con ella
repitiéndome
que la belleza nunca muere
pero queda aparte
entre los aborígenes
del arte
y muy por encima de los campos de batalla
del amor
Está por encima de todo eso
.
Oh sí
Se sienta en los asientos más selectos
de la iglesia
allá arriba se reúnen los directores artísticos
que seleccionan las cosas para la inmortalidad
Y ellos se han acostado con la belleza
toda la vida
Y ellos se han alimentado de dulce melón blanco
y bebido los vinos del Paraíso
de modo que saben exactamente que
para siempre jamás
y que nunca jamás
puede llegar a convertirse
en una nada perdedora de dinero
.
Oh no me he acostado
en una cama de Reposo de Belleza como ésta
teniendo que levantarme de noche
por miedo de que se me escapase de algún modo
algún movimiento que la belleza hubiese podido hacer
.
No obstante he dormido con la belleza
a mi propia y loca manera
y he tenido una o dos hambrientas escenas
con la belleza en mi cama
y así derramé otro u otros dos poemas
y así derramé otro u otros dos poemas
sobre el mundo del Bosco
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12
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“Uno de esos cuadros que nunca muere”
su belicosa imagen
una vez concebida
no dejaba
el emplomado suelo
a pesar de las veces
que la acosaba
hasta el olvido
Pintar sobre él no producía ningún efecto
Seguía saliéndose
por la madera y el lienzo
y así como salía le gritaba
una terrible nana
donde cada sepultura era una sepultura
minada por despertadores no terrenales
que vocifera horriblemente
para amantes y durmientes
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16
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El castillo de Kafka se yergue sobre el mundo
como una última bastilla
del Misterio de la Existencia
Sus ciegos nos confunden
Empinadas sendas
descienden bruscamente hacia el vacío
Irradian carreteras por el aire
como los laberínticos cables
de una central telefónica
por la que todas las llamadas son
infinitamente incontrolables
Allá arriba
el tiempo es divino
Las almas bailan desnudas
juntas
y como remolones
en los límites de una feria
miramos insistentemente al inalcanzable
misterio imaginado
Pero allá en el otro lado
como la entrada de artistas en un circo
hay una ancha abertura en el muro
por donde hasta los elefantes
entran a bailar
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Asustado
por el sonido de mi propia voz
y por el sonido de pájaros
cantado en calientes cables
en un sueño dominguero me veo
matando diversos pecadores y pavos
ruidosas perras con puntiagudos pezones muertos
y negros caballeros con armaduras de hierro
con etiquetas Brooks
y cerraduras Yale en los pantalones
Sí
y con el penis erectus como lanza
mato a todas las viejas damas
volviéndolas jóvenes de nuevo
con el toque de mi dulce y oscilante espada
recuperando sus
doncelleces y virginidades
ah sí
en aduladoras falsedades del sueño
nos corrimos conquistándolo todo
pero durante todo el tiempo
la verdadera hora oficial sigue transcurriendo
y nuevos bebés embotellados con auténticos dientes
devoran nuestro fantástico
futuro de ficción
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27
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Caminaban pavos reales
bajo los árboles nocturnos
en la perdida luz
de la luna
cuando salí
en busca de amor
aquella noche
Una tórtola se arrullaba en una cala
Una campana dobló dos veces
una vez para el nacimiento
y otra vez para la muerte
del amor
aquella noche
.
Traducción y prólogo de CARLOS BAUER y JULIÁN MARCOS.
Un Coney Island de la mente. Madrid. Ediciones Hiperión. 1981. Págs. 13-15, 17-19, 21, 33, 39, 41-43, 49, 57, 61, 79.
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