Por: Samuel Vásquez (1949-)
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1.
Estilo refiere a modo, a manera.
Modo de hacer una cosa, manera de manifestar algo.
Y manera viene de mano. Es la mano quien genera la manera.
Pero estilo es algo más que esto. Estilo refiere, además, a constantes, a costumbres. En la repetición se origina la costumbre. Sin embargo, es la calidad de la repetición la que hace factible la gestación del estilo. No es una forma que se repite como un tic, sino la repetición como constante de relaciones estructurales y expresivas, repetición sistemática de rasgos que revelan un carácter. Es preciso recordar aquí que carácter viene del griego Kharassein que significa grabar.
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2.
En el grabado al linóleo el gesto no existe. Cada talla de buril en la plancha, más que la huella de un gesto, es el registro de un acto. Aquí hay implícito un esfuerzo físico que conlleva, ineludiblemente, una voluntad de forma.
La relación del buril con la plancha es seca y dura: es el momento en que la herramienta despierta la forma en la materia.
La impresión sobre el papel es un éxtasis blando y húmedo: más allá de la «histérica técnica» la poética del color alcanza su posibilidad.
Realizando un trabajo esencialmente escultórico (de sculpiere, quitar) se logra una obra eminentemente plástica )de plasticus, dar forma agregando). De un proceso háptico se obtiene una obra óptica. Aquí la técnica rechaza su atavismo utilitario y se vuelve existencia. Un grabador sabe realmente lo que quiso hacer, después de haberlo hecho.
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3.
Fabián Rendón encuentra en el grabado al linóleo su técnica, su estilo, a sí mismo. Es que el verdadero estilo es encontrarse a sí mismo. Aquí, por una feliz cita, una técnica posibilita la aparición de un estilo personal, da aliento vital a una expresión.
Son legión entre nosotros los barítonos que cantan como tenores. En cambio Rendón encuentra en el grabado su registro natural, su tesitura, su extensión, su forma.
El estilo no es una habilidad, es una voluntad de ser. Porque el auténtico estilo es la ética del pintor.
De la relación forma-composición, color-atmósfera, materia-tratamiento, tema-sintaxis, Rendón cosecha el sentido y la expresión de su estilo. Hay aquí una refinada y rica y sintética tipología. Y es esta capacidad sintética de la forma uno de sus mayores aciertos: hacer que cinco rayas sean un tigre no es una actividad economicista, es un logro de concreción maravilloso porque el tigre está aquí en su totalidad y en su unidad.
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4.
El estilo informa la materia de contenidos que distinguen un carácter; carga la forma de rasgos peculiares que develan una identidad. El verdadero estilo encierra una unidad profunda. Cada parte contiene una relación cerrada con la totalidad, revelando un principio indisoluble de unidad composicional. Aún en el trozo está claro el espíritu de la totalidad: un pedazo es completo en sí mismo. (Esto nos ha permitido admirar en los fragmentos de un arte antiguo la totalidad de su estética). Los expertos tratan de determinar si una obra procede efectivamente de la mano de un artista. El estilo permite descubrir del artista, su mano.
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5.
Las manualidades han sido sobrevaloradas por el mercado, pero menospreciadas por la inteligencia. «¡Qué siglo de manos!». Sólo al arrancarse los ojos, Edipo descubre sus manos:
«Déjame que las toque con mis manosy que con ellas mis desgracias llore…Que al poderlas tocar las imagine
mías aún, como si mis ojos vieran».
La mano es una prolongación del ojo, así como el ojo es una prolongación de la mano. Porque la forma es la única cosa accesible a dos sentidos diferentes: al tacto y a la vista. Y la forma es la carne de la imagen. El ojo crea el deseo pero la mano está más dispuesta a realizarlo. Por eso hablamos del abrazo de la mirada.
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Coda:
Decir que Fabián Rendón es (con José Suárez) el más importante e interesante grabador de la actualidad plástica en Colombia, sería confinarlo al ghetto mezzotinta de los grabadores.
Mejor digo que Fabián Rendón conforma con Rony Vayda, Germán Londoño, Doris Salcedo, José Suárez y alguien más, la generación plástica más imaginativa, dinámica y significativa que ha emergido en este país desde la generación de Salcedo, Rojas, Cárdenas, Caballero y González.
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