Por: Aldous Huxley (1894-1963)
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PRIMER ACTO
ESCENA I
Cuarto de estar en casa de Enrique Hutton, en el valle del Támesis, cerca de Windsor.
Época: verano.
Las características de la habitación son esencialmente “modernistas”. Una de las paredes consiste enteramente de unas puertas vidrieras que da a una terraza pavimentada que se abre al jardín. Vista desde la sala esta pared de cristal corre diagonalmente de izquierda a derecha, formando ángulo hacia el centro del escenario con uno de los muros interiores del cuarto. Como una gran parte del escenario queda fuera de los cristales, puede verse perfectamente desde la sala lo que ocurre en la terraza. Hay una puerta al foro y otra de cristal, que da a la terraza. Cuando hace calor, es posible descorrer las puertas vidrieras; así queda la habitación abierta por completo mirando al jardín. En la pared del fondo cuelgan cuadros de conocidos pintores franceses, tales como Matisse, Braque, Léger, Modigliani. El estilo de la decoración es el predominante en la Exposición de Artes Decorativas de París de 1926. Está puesta una mesita para el almuerzo. HUTTON está sentado frene al público, con JUANITA SPENCE a su derecha. Frente a JUANITA, el sitio, al empezar la escena desocupado, de la enfermera señorita Braddock. HUTTON es hombre de cuarenta y cinco años, guapo, encantador, buen conversador. JUANITA, tiene unos diez años menos, esmeradísima educación y mucha finura pero es demasiado apasionada para resultar una compañera agradable. Al levantarse el telón, Clara, la primera doncella, está retirando el primer plato y colocando los de postre.
HUTTTON coge la botella de vino y se vuelve a JUANITA.
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Traducción: MARÍA LUISA BUENDÍA.
La sonrisa de la Gioconda. Barcelona. Louis de Caralt Editor. 1976. Pág. 7.
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