Por: María Cano (1887-1967)
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María Cano
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CARNE
Oh! divina, suave, aromada rosa de vida! Bendita tú porque nos das la gracia de la forma, pupila luminosa que deja en el alma la braza de su mirada. Sublimizas el Arte, plasmadora divina. Salve! Bendita tú, ávida! Vaso tendido siempre hacia la fuente de vida. Vaso colmado, te das, sencilla y magnánima, oh augusta!
Mirada ansiosa, recoges la luz y el color para transformarlos en tu nectario sagrado, en palpitación fecunda. Eres voz del alma, que dices en tu nota excelsa lo inefable… Transmisora de la emoción entrañada, que no tiene verdad en la palabra fría y ruda.
Bendita, oh arrulladora! Te haces honda y tibia como un nido; caricia que mece, acogedora y blanda.
Por ti se ha vertido ese grito sublime, temblante, melífico, que es sonrisa de Dios sobre la humanidad: Madre!
Carne gloriosa! Oh, excelsa, a quien se execra y se fustiga, que devuelves en rosas encendidas la profana flagelación. Bendita!
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El Correo Liberal
Medellín, noviembre 17 de 1923
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NORKA ROUSKAYA
Mujer-ritmo. Estrofa que gime, trina, ríe. Onda que emerge del océano de armonía temblante, calidad
Tu carne diluirse en la onda sonora que se extiende infinita de emoción sobre las almas anhelantes.
Mujer-sensación, turbadora divina. Bajo la caricia de tu danza, el alma golpea, angustiada, su cárcel. Escaparse quiere y seguir la escala infinita a donde tu alma asciende. Perderse en la fina urdimbre de tu quimera.
El gesto de tu mano sabia es nota escapada del maravilloso cordaje de tu espíritu; alondra que se alza del nidal de armonía; rosa prodigiosa que deshojas sobre la recia multitud.
Cinceladora de belleza! Domas la bestia que ruje y que sepulta en sombras de incomprensión el alma.
Bajo el poder de tu gracia surge la divina luz, tiembla en la mirada que torna fanal, rosa, fragancia.
Y te viertes así, luminoso licor de ensueño, cerrados los ojos del alma al gesto oscuro y brutal. Te viertes compasiva, dejando el diamante de tu aristocracia sobre el dardo que te lanzan.
Mi alma y mi carne vaso de tu armonía colmado quieren verterse sobre las humildes cosas sin alma.
Sublime canto alzaríase de la dura piedra, si temblara una alma en su seno mudo, y en grito de anhelo pediría ser el bloque en que esculpiérase tu escultura de gracia.
Te vas y no nos dejas. Que en la cima oscura del espíritu, tu armonía ha dejado un temblor de estrella.
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El Correo Liberal
Medellín, noviembre 28 de 1923
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NOTA: En la edición del día 6 de noviembre, El Correo Liberal anuncia la presentación de NorkaRouskaya, célebre danzante y violinista que dará hoy su primera función en el Teatro Bolívar.
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AMO ESA ESPINA
Qué hermosa así, blanda, casi transparente, su carne nueva. Rubí, anhelo cristalizado, nostalgia de un prado de ensueño, ansia que se agudiza en loca quimera de inmortalidad.
Ese rosal que da la sonrisa de sus rosas y esconde el dolor de sus espinas bajo sus hojas tal vez quiere decirme que la vida ofrece también sus rosas de ensueños. Promesa que embriaga y hace dulce el desagarrar de sus espinas.
Amo esa espina, fina, donde se adivina la vida.
Y amo esa espina –mano que palpa mi alma- la amo porque viene de ti oh! amor. Porque hace brotar este rocío noble del llanto; porque cada gota de su herida vertida, es rosa de dulzura que te da mi vida.
Amo esa espina…
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El Correo Liberal
Medellín, enero 15 de 1924
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FASCINACIÓN
– ¿Has visto, hermana, la fuente que levanta su espina opalina, y su beso de espuma deja en la rama doliente del laurel viejo?
– Mis ojos cansados no la ven, hermana.
– Oye: yo he visto a los peregrinos calmar en ella su sed. Lumbre extraña prende su llama en los ojos y su boca sonríe a la lejana visión. A mi vez he querido beber. La mano se anida en la linfa, mas una gota no puede acercar al labio ardiente. La mano siempre está vacía.
– Téme hermana, la fuente que enciende la llama voraz.
– Hermana, vamos a la fuente.
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El Correo Liberal
Medellín, enero 15 de 1924
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TUS VENAS
Oh! la red laberíntica de tus venas tibias, azules, bajo la piel dorada.
Bajo la seda de mis dedos tiemblan en vibración tenue que filtra por los poros –las mil bocas ansiosas de mi carne- su caricia enervante, adormecedora. Mis ojos siguen el camino de encrucijada que a veces se retuerce en cábalas de amor, a veces húndese repentina, esquiva y obsesionante.
Mi cabeza reclino blanda para escuchar el ritmo de tu vida. Quiero arrullar mi alma y un anhelo loco la enciende: beber el licor de tu vida.
Mis dientes hacen pequeños caminos hendidos buscando la fuente tibia… Oh, deleite! Sentirla arrancando mi boca, sumirse en mi entraña sedienta.
Oh tus venas, Amado! Vasos embriagadores. Rumorosas, agitan tu carne y la harán florecer en caricias. Ah, la caricia de tus venas tibias, azules bajo la piel dorada.
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El Correo Liberal
Medellín, Enero 18 de 1924
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ACUARELA
Gloria a la mañana clara y fresca! Gloria a ti, Sol, tibio y aromado del divino azul!
Mi corazón –campana de oro- repica, repica. Su voz entienden las mariposas pálidas y las pequeñas gotas de rocío que me dan su sonrisa luminosa y trémula.
Sobre la hierba, mi cuerpo tendido es sonrisa de la primavera. Viejo árbol extiende sus ramas nuevas. Su sombra me acaricia como una mirada. Una golondrina pasa tan baja que casi roza mi pecho. Su vuelo audaz raya el azul del cielo.
Y pienso: ¿si será una interrogación de la Tierra hacia la Esfinge? Qué abrumadora carga de dudas llevarán sus frágiles alas! Collar de lágrima quemantes y en el pico la sed de anhelo imposible. La golondrina es ya un punto oscuro y pequeñito en la diafanidad de la mañana…
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El Correo Liberal
Medellín, enero 26 de 1924
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PLENITUD
He sentido en mi carne y en mi alma tu fruición, oh tierra!
Boca anhelante, recibías la caricia del agua que estrujaba tus frondas amorosas y penetrábate de tu beso fecundo.
Mi carne se ha abierto como una rosa y mi alma ha prolongado su ansia en las ondas de tu sensación.
Te he amado, recia, oh ansiosa! Te he amado rumorosa en tu gestación. Hoy tu plenitud colma mi sed de serenidad.
Amo tu honda herida abismal. Cuna rumorosa donde la vida canta. Amo tus cumbres donde la carne se hiela de inmensidad.
En la arteria rota de tus fuentes tiéndese mi ensueño a acariciarte.
Oh gloriosa, o infinita boca sonriente! Me poseerás un día y tus jugos acres uniránse a mis amargos jugos y será vida fragante la destrozada ansia y la sencilla bondad, oh magnánima!
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El Correo Liberal
Medellín – mayo 6 de 1924
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Compilación y Prólogo: Miguel Escobar Calle.
Escritos. Medellín. Extensión Cultural Departamental. 1985. Pág. 14,71, 73, 74, 75, 79, 88.
Mecánica Celeste 