Por: Bob Dylan (1942- )
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Regordeta mamá de Afrodita, me inclino ante ti, y con loca eternidad sexual en mi sombra vegetal, yo, secándome las manos en el cuello del caballo. El caballo eructa y tú del hermano mayor de Indiana, el que te azota con su cinturón, y tú que no buscas una razón a tu tortura, y yo quiero tu lengua horizontal, dentro del Reflejo, el perfecto juicio final y estas crueles pesadillas en las que los albañiles me presentan horrorosos contactos y los Hermanos Marx gruñen NO QUIERO TU SABIDURÍA y tus muslos están medio despiertos y no tan Harto de estos amantes en papeles Bíblicos. “¿Así que tú estás aquí para salvar el mundo? ¡Impostor, freak, eres una contradicción! ¡Tienes miedo de admitir que eres una contradicción! ¡Conduces a la gente por el camino equivocado! ¡Tienes los pies grandes y acabarás tropezando contigo y toda la gente a la que has engañado te recogerá!¡No tienes respuestas! ¡Sólo has encontrado una manera de pasar el tiempo! Sin eso, estarías marchitándote y no serías nada. Tienes miedo de no ser nada. Estás bien cogido. ¡te tiene bien cogido!” Estoy tan Harto de la gente Bíblica. Son como aceite de ricino, como rabinos, y ahora deseo Tus ojos. Tú que no quieres hablar de ningún asunto y suministras negrura a mi mente QUIERO TUS OJOS y tu risa y tu esclavitud… No hay riesgo de borrachera; soy un egipcio de confianza. Di adiós al marine.
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Hola. Acabo de llegar. Un viaje terrible. Había un
hombrecillo con un ratón blanco que no me
ha quitado los ojos de encima en todo el viaje. /Jesús
era guapo. ¿Hay algún abogado
por aquí? Iré a verte pronto. Primero
tengo que comer.
……………………….Sinceramente tuyo,
……………………………..Gabacho
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Traducción de Alberto Manzano.
Tarántula. Barcelona. GLOBAL RHYTHM PRESS. 2007. Págs. 90-91.